Desde hace ya algunos años, se ha ido intensificando los desencuentros en torno al posicionamiento de Tolkien con respectos a temas de índole social y actualidad, como también pasó en la serie “Los Anillos de Poder”.
Así como las grandes productoras cinematográficas están en conflicto por la falta de originalidad y, por ello, la necesidad de volver a los grandes éxitos de otras épocas; estas a su vez quieren “actualizar” a los tiempos modernos estos clásicos. Disney es un buen ejemplo: los live action de películas como ”Maléfica”, “La Sirenita”, “Blancanieves”, “La Bella y la Bestia”, cómo también muchas otros remakes; no solamente buscan adaptar nuevamente la misma historia, sino también darle su toque según los estándares de hoy en día.
La obra de Tolkien no escapa de esta situación. En este artículo intentaremos dilucidar cuál fue el posicionamiento del Profesor con respecto a estos temas. Y una vez sentado eso, podremos ver desde cuándo y cómo se ha intentado ideologizar su obra.
Tolkien, su cosmovisión y su tiempo
“El Señor de los Anillos es, por supuesto, una obra fundamentalmente religiosa y católica; de manera inconsciente al principio, pero luego cobré conciencia de ello en la revisión. Esa es la causa por la que no incluí, o he eliminado, toda referencia a nada que se parezca a la «religión», ya sean cultos o prácticas, en el mundo imaginario. Porque el elemento religioso queda absorbido en la historia y el simbolismo” (Tolkien, 1993, p. 203).
Si bien Tolkien aborrece de la alegoría, él mismo admite en sus Cartas que es imposible que un autor pueda evitar que sus “propios gustos, ideas y creencias queden involucrados” (Tolkien, 1993). También podemos ver que él no escapa al debate sobre el sentido religioso de su obra, admitiendo que está impregnado de la visión católica de la realidad. A pesar de que no hay mención de Dios en “El Señor de los Anillos”, no deja de estar en cada una de sus páginas.
Tolkien llega a afirmar que “inevitablemente los mitos que tejemos, aunque contienen errores, reflejan también un astillado fragmento de la luz verdadera, la eterna verdad de Dios” (Carpenter, H. 2021, p. 186).
Todo esto demuestra también la adhesión convencida y coherente en todas sus facetas del autor de “El Señor de los Anillos” a la Fe Católica. Parafraseando a Chesterton, no era un escritor católico, Tolkien era católico y cuando se escribía se notaba. “Soy, de hecho, cristiano, y católico apostólico romano” dice en otras de sus cartas (1993).
No tenía miedo ni problema alguno en decirlo, y mucho menos en demostrarlo en sus acciones y obras. El Profesor fue un ferviente creyente, en una sociedad inglesa que veía con desconfianza a los “papistas” (tal como le decían de forma despectiva a los católicos).
Y el precio de esa Fe fue realmente alto. Su madre, Mabel, falleció en la pobreza total cuando él era chico por convertirse a la fe católica. Fue abandonada económica y socialmente por sus familiares por ese cambio, pese a ser viuda. Y esto no provocó un resentimiento de John Ronald hacia la religión, sino que al contrario: se dio cuenta que era algo demasiado sagrado como para negociarlo, algo por lo que su misma madre estuvo dispuesta a morir. Ese ejemplo lo acompañó toda su vida, a tal punto que llegó a afirmar:
“Mi querida madre fue en verdad una mártir, y no a todos concede Dios un camino tan sencillo hacia sus grandes dones como nos otorgó a Hilary ya mí, al darnos una madre que se mató de trabajo y preocupación para asegurar que conserváramos la fe.” (Carpenter, H. 2021, p. 49).
Tolkien no solamente adhería a la Fe católica, sino también a su doctrina. Tuvo la posibilidad de formarse en el Oratorio de Birmingham. Allí había pasado sus últimos años San John Henry Newman, gran intelectual de la época que motivó una gran ola de conversiones en su tiempo. Además, el secretario personal de este, el Padre Francis Morgan, fue quién se transformó en tutor de John Ronald y su hermano Arthur tras quedar huérfanos.
En definitiva, fue alguien que bebió de una ortodoxa formación de la Iglesia Católica Apostólica y Romana. Y así lo intentó trasladar a su vida de la forma más coherente posible.
Implicancias de la fe y formación de Tolkien
Si bien su publicación es posterior a la muerte de Tolkien, el Catecismo de la Iglesia Católica reúne todas las enseñanzas que, por Tradición y Magisterio, se han transmitido por siglos. En la misma, encontramos las siguientes enseñanzas sobre algunos temas propios de la agenda woke, cómo es la homosexualidad. En el punto 2357 dice:
La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso. (1997).
Esto no implica legitimar el odio hacia quienes se encuentran en este estado, ni tampoco los ataques contra su dignidad. Se aborrece el pecado, no al pecador. La Iglesia intenta acompañar en un camino de Castidad hacia quienes buscan ayuda en estos temas. Pero tampoco implica estar de acuerdo con una relación amorosa entre personas del mismo sexo.
Sobre este tema, Tolkien a los 19 años ni siquiera “conocía la palabra” (Carpenter, H. 2021, p. 49). Y llega a afirmar en la Carta 49 que el matrimonio cristiano “monógamo, permanente, rígidamente fiel es, de hecho, la verdad sobre la conducta sexual para toda la humanidad: éste es el único camino a la salud total (incluyendo al sexo en su sitio adecuado) para todos los hombres y mujeres” (Tolkien, J.R.R., 1993, p. 75). También en la carta 244, cuando habla del romance de Eowyn y Faramir, siente la necesidad de aclarar entre paréntesis que se puede amar a una persona pero del sexo opuesto. Y para Tolkien, lo que decía entre paréntesis siempre era importante o necesario, propio de su estilo de escritura.
Por último, a modo de sentencia, dejo lo que dice Tolkien en Mitopoeia (1988):
No caminaré con vuestros monos progresistas, erectos y sapientes.
Ante ellos se abre el abismo oscuro adonde lleva su progreso.
Por tanto, también podemos decir que Tolkien adhería a los principios de la Doctrina Católica, llegando a afirmar que “ningún detalle de la moral obligatoria cristiana es válido sólo para los cristianos” (Tolkien, 1993, p. 66).
Todo esto puede apuntar no solo a lo relacionado a la homosexualidad, sino a todo lo que hace la agenda “woke”: la liberación sexual en todas sus facetas, el feminismo, los ataques contra la familia, entre otros tantos.
No por eso Tolkien era un machista, nazi, homofóbico ni racista. Es sabido que acompañó a Mary Renault (escritora lesbiana) para que publicara sus obras con su nombre, sin usar un pseudónimo masculino, pese a que ya sabemos que no iba a avalar dicha tendencia de su antigua alumna. También criticó a Hitler y Stalin en más de una ocasión, se opuso al imperialismo británico, y fue un ferviente defensor de su querida Inglaterra en contra de la asociación producida en el llamado Reino Unido. Pero todos estos temas pueden ser tocados en otra ocasión.
Vamos ahora a analizar los intentos de adaptar la obra de Tolkien a los estándares de la ideología woke.
La obra de Tolkien y el wokismo
“Tolkien se ha convertido en un monstruo, devorado por su propia popularidad y absorto en lo absurdo de nuestro tiempo. El abismo entre la belleza y la seriedad del trabajo, y en lo que se ha convertido, me ha abrumado. La comercialización ha reducido el impacto estético y filosófico de la creación a nada. Solo hay una solución para mí: voltear a otro lado.” (Tolkien, C., Tolkien, l’anneau de la discorde, 7 de enero de 2013).
Estas declaraciones dejaba el hijo de Tolkien, Christopher, quién fue el encargado durante décadas de proteger la obra de su padre como también de publicar sus borradores y textos inconclusos para su difusión. Era en referencia a las adaptaciones cinematográficas que hizo Peter Jackson de “El Señor de los Anillos” y “El Hobbit”.
Durante varios años, Christopher Tolkien fue el propietario y Director de la Tolkien Estate, encargada de velar por los derechos de la obra del reconocido autor. A sus 93 años, renunció a la misma el 31 de agosto de 2017.
Hasta ese entonces, se habían cedido muy pocas veces los derechos cinematográficos de la obra de su padre durante casi 45 años: solamente para las adaptaciones dirigidas por Ralph Bakshi en 1978 y para las dos trilogías producidas por Peter Jackson.
Pero solamente tres meses después de la renuncia de Christopher, Amazon Prime anunció la adquisición de los derechos para hacer una serie basada en “El Señor de los Anillos”. La primera temporada de la misma se estrenó en la plataforma en 2022 con el nombre de “Los Anillos de Poder”.
Es llamativo ver cómo muy poco después de la salida de Christopher Tolkien se hizo este anuncio que a la larga trajo numerosas polémicas. No se analizará en detalle los cambios y licencias tomadas en la producción de la serie, pero si amerita decir que la agenda woke si ha estado presente en las mismas: la necesidad imperiosa de colocar personajes de tez oscura entre elfos, hombres enanos y hobbits; la necesidad de relativizar por momentos al mal, entre otras cuestiones.
Desde ese entonces, se puede considerar cómo se ha intentado ideologizar la obra de Tolkien, de forma cada vez más acelerada y evidente. Un intento de apropiación woke en distintos ámbitos de la obra del Profesor.
Mencionaremos algunas a continuación:
- La Tolkien Society realizó este 2021 el seminario de verano llamado «Tolkien y la diversidad», con charlas dedicadas a ver supuestamente elementos LGBTQ+ en las historias de la Tierra Media. https://www.tolkiensociety.org/2021/06/seminar-speakers-announced-tolkien-and-diversity/
- La Sociedad Tolkien España realizó el 28 de octubre del 2021 una publicación sobre una supuesta relación entre Tolkien y el llamado “Mes del Orgullo”. https://www.tolkiensociety.org/2021/06/seminar-speakers-announced-tolkien-and-diversity/
- La misma STE creó en 2021 el Proyecto Onóressë “que lleva por bandera el visibilizar a la mujer en la obra del Profesor así como todo lo relacionado con el feminismo en la misma” . https://www.sociedadtolkien.org/blog/2025/02/28/encuentros-en-el-poney-pisador/?highlight=feminismo
- Un compromiso de la Tolkien Society firmado en 2020 para “difundir la diversidad” en todos sus medios. https://www.tolkiensociety.org/legal/equality-diversity-and-inclusion-policy/#:~:text=The%20Tolkien%20Society%20believes%20that,marriage%20and%20civil%20partnership;
- Nuevamente, un artículo compartido por la STE sobre si Tolkien era woke o no, dando como conclusión un resultado afirmativo. El mismo fue publicado el 3 de marzo del 2025. https://www.sociedadtolkien.org/blog/2025/03/03/tolkien-era-woke/?highlight=woke
- A esto se suma otras actividades e iniciativas realizadas desde el 2017 hasta la fecha, principalmente por Prime Video, la Tolkien Society, la Sociedad Tolkien Española, como también otras Sociedades Tolkien e investigadores.
Es sabido que los intentos de apropiación por parte de sectores ideológicos han acompañado a la obra de Tolkien incluso cuando este vivía aún: lo intentaron los movimientos hippies y distintos grupos ecologistas, también algunos sectores cristianos terminan forzando la interpretación alegórica de sus escritos cuándo el Profesor mismo pedía no hacerlo. Ahora son los grupos de la agenda woke los que han posado sus ojos en la Tierra Media.
¿Cómo el autor más leído del Siglo XX puede haber sido un católico hecho y derecho? Es el escritor de una obra estéticamente hermosa que dijo que toda su “percepción de la belleza tanto en majestad como en simplicidad” viene de la Virgen María (Tolkien, 1993, p. 203). No es algo que grupos progresistas se puedan permitir.
Y aquí volvemos al principio. Se han ido acumulando los intentos de decir algo que Tolkien nunca afirmó ni avaló. Tal vez la respuesta la encontramos en el mismo Profesor que llega a decir que los fracasos de estos intentos ocurren debido a que “son consecuencia de no percibir dónde se encuentra el meollo del original.” (Tolkien, J.R.R. 1993, p. 317).
Será cuestión de volver a las fuentes. Será cuestión de ir a lo que verdaderamente dijo John Ronald Reuel Tolkien.
Juan Tomás Widow
Presidente de la Asociación FE, ARTE Y MITO
Bibliografía
- Carpenter, Humphrey (2021), J.R.R. Tolkien: Una biografía. Barcelona: Editorial Planeta.
- J.R.R. Tolkien (1993), Cartas de J.R.R. Tolkien. Barcelona: Editorial Planeta.
Como siempre, una maravilla los escritos del Sr. Bombadil
Excelente escrito. Deja pensando en como algo tan inasible, como son las profundidades de la obra del profesor, es víctima de tantos intentos de malear y atrapar su constitución a diferentes agendas e ideologías. No solo es imposible; es deformante, superficial, falso y forzado en evidentes aspectos. Creo que la obra de Tolkien, en toda su extensión, permanece a lo largo del tiempo y las generaciones por negarse, precisamente, a caer en esta especie de platonismo actual, tergiversado, de las ideas e ideologías , abrazando la expresión de Dios en lo creado como realidad pura.
Será cuestión de seguir creyendo en lo sencillo, en lo verdadero, en lo bello, en lo bueno. Trabajar, como lo hizo Tolkien, y como bien dice Juan, en «volver a las fuentes», al centro de toda la existencia humana, y seguir creando desde allí.
Gracias por el artículo <3
¡Que gran belleza es este artículo en defensa de la verdad!
Increíble, está por demás decir que este es un excelente artículo