El amanecer es siempre una esperanza para el hombre

Si hacemos un profundo y riguroso análisis de la vida y obra de J.R.R Tolkien podemos decir que una de las frases que mejor lo describen personalmente y en líneas generales al universo que creó, es: “Cuando todo parece perdido, a menudo llega la esperanza(“El Señor de los Anillos, El Retorno del Rey”, J.R.R Tolkien, Minotauro, 2020). A través de Legolas, plasma esta frase en su obra..


Relacionar a Tolkien con la virtud de la esperanza no es algo nuevo, de hecho, La Academia de las Cuatro Plumas, a través de videoconferencias hablando sobre las virtudes meses atrás, habló de Tolkien y la Esperanza; Chesterton y la Fe y Lewis y la Caridad.

Lo interesante que les propongo ahora es volver a pensar la virtud de la esperanza en la vida y obra del Profesor, pero a través de la frase: “El amanecer es siempre una esperanza para el hombre(“El Señor de los Anillos, Las dos Torres”, J.R.R Tolkien, Minotauro, 2020) la cual aparece en su obra en un momento súper particular de la mano de Aragorn como un mensaje inspirador y que nos llama a la reflexión. La iremos desmenuzando de a poco.


La Iglesia nos enseña sobre la esperanza: es la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos, no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo. (Catecismo de la Iglesia Católica, n° 1817)


La virtud de la esperanza corresponde al anhelo de felicidad puesto por Dios en el corazón de todo hombre; asume las esperanzas que inspiran las actividades de los hombres; las purifica para ordenarlas al Reino de los cielos; protege del desaliento; sostiene en todo desfallecimiento; dilata el corazón en la espera de la bienaventuranza eterna. El impulso de la esperanza preserva del egoísmo y conduce a la dicha de la caridad.


Ahora bien, pensemos un poco sobre qué es el amanecer: A priori podríamos decir que es cuando aparece en el horizonte la luz del Sol, dando comienzo a un nuevo día.
Al pensarlo de esta manera podemos muy sencillamente reconocer que el mismo amanecer, que quizás a muchos de nosotros nos parece algo cotidiano y natural, tiene una relación muy estrecha con la esperanza. Es en sí mismo algo que produce esperanza al hombre porque da vida a un nuevo día, a la ilusión de un nuevo comienzo, una nueva oportunidad.


De hecho, para el hombre y para la vida tal como la conocemos, que la luz del sol aparezca por el horizonte deja de ser algo sencillamente bello sino que es una necesidad vital. Imaginemos un mundo donde el sol no salga por el horizonte, un mundo lleno de oscuridad. Imaginar un mundo así es también pensar un mundo lleno de maldad, de constantes peligros, de injusticias, de dolor. Recordemos que la eterna lucha entre el bien y el mal también es representada por la lucha entre la luz y las sombras.
Me gusta pensar que una frase que describe muy bien este punto sale de un profundo diálogo entre Sam y Frodo, cuando el mismo portador del anillo sintió haber perdido la esperanza: 

Frodo: No puedo hacer esto, Sam.

Sam: Lo sé. Ha sido un error. No deberíamos ni haber llegado hasta aquí… Pero henos aquí, igual que en las grandes historias, señor Frodo, las que realmente importan, llenas de oscuridad y de constantes peligros. Ésas de las que no quieres saber el final, porque ¿cómo van a acabar bien? ¿Cómo volverá el mundo a ser lo que era después de tanta maldad como ha sufrido? Pero al final, todo es pasajero. Como esta sombra, incluso la oscuridad se acaba, para dar paso a un nuevo día. Y cuando el sol brilla, brilla más radiante aún. Esas son las historias que llenan el corazón, porque tienen mucho sentido, aun cuando eres demasiado pequeño para entenderlas. Pero creo, señor Frodo, que ya lo entiendo. Ahora lo entiendo. Los protagonistas de esas historias se rendirían si quisieran. Pero no lo hacen: siguen adelante, porque todos luchan por algo.

Frodo: ¿Por qué luchas tú ahora, Sam?

Sam: Para que el bien reine en este mundo, señor Frodo. Se puede luchar por eso.


(Extraído de la película “El Señor de los Anillos: Las dos torres (2002)” dirigida por Peter Jackson
)

Este hermoso y profundo diálogo nos da un mensaje extraordinario y particularmente un mensaje muy claro acerca de la esperanza. Sam nos muestra que no sólo se puede, sino que se debe luchar para que el bien reine en este mundo. Y justamente ese es el verdadero mensaje de esperanza que recibimos quienes creemos en Jesús, que reina en este mundo.
Saber que Él reina en este mundo y que nos promete la vida eterna ilumina tanto nuestra vida como el sol saliendo por el horizonte.
La esperanza – afirma el Papa Francisco – hace que uno entre en la oscuridad de un futuro incierto para caminar en la luz.

El Dr. Segura nos señaló que «la obra de Tolkien nació en esos oscuros lugares de la mente y del alma humana, donde se van fraguando las grandes conquistas del alma«. Entre tanto dolor, pérdidas y cruces, Tolkien logró hacer vida en su propia existencia al amanecer. Incluso en momentos muy oscuros, logró ver los rayos del sol en el horizonte.

Seguramente todos nosotros, al igual que el profesor, tenemos en nuestras vidas un montón de dificultades, dolores, pérdidas, desamores y cruces. Pero tenemos que tener la seguridad de que “cuando el sol brilla, brilla más radiante aún”.
Como conclusión final, pensar que el amanecer es siempre una esperanza para el hombre significa sostener el deseo de buscar el bien y la felicidad incluso cuando todo parezca oscuro y perdido, porque sabemos que el sol va a volver a salir, la luz va a volver a brillar, el descoronado volverá a ser rey y el mismo Jesús regresará al mundo que con su muerte transformó.

Lord Findel

BIBLIOGRAFÍA:
– Catecismo de la Iglesia Católica, Ágape, 2019
– Tolkien, JRR. “El Señor de los Anillos”, Minotauro, 2020

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Una respuesta

  1. Guadalupe dice:

    Excelente artículo, ¡muchas gracias! Realmente conforta.
    El amanecer invita a la esperanza, como también al asombro y al reconocimiento del misterio de la realidad, de la vida misma. Chesterton decía: “Aquí muere otro día durante el cual tuve ojos, oídos y manos y el vasto mundo a mi alrededor, y mañana empiezo otro, ¿Por qué se me conceden dos?”
    Cada amanecer es un regalo, un don, y somos afortunados. Con cualquier salida del sol viene la Eucatástrofe, ¡vaya esperanza!
    ¡Saludos!

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