por Nicolás Palos
El Señor de los Anillos y la filosofía, autores: Gregory Bassham, Eric Bronson y otros, editorial Ariel, 299 páginas, ISBN: 9788408034117.
Hace unos meses, apareció entre los recomendados de una librería online el provocador título de El Señor de los Anillos y la Filosofía. No solo me llamó la atención el título, sino que me sorprendió que los autores no fueran los conocidos en el mundillo. Nunca había oído hablar de Gregory Bassham y Eric Bronson. Dado lo tentador que me resultó, lo compré, y quedó en mi estantería cogiendo polvo hasta hace unas pocas semanas, cuando decidí adentrarme en él.
Este libro pertenece a una serie mucho más amplia de libros que relaciona la Cultura popular y la Filosofía. Esta serie abarca numerosos temas como el béisbol, el póquer, y también otras obras literarias como El Hobbit, Narnia y Harry Potter. Ambos autores han participado también de algunas de estas obras, y todas consisten en recopilaciones de artículos académicos de numerosos autores en torno al tema en cuestión. En esta ocasión, tenemos 16 capítulos, con 16 escritores y puntos de vista distintos, repartidos en cinco temas de reflexión.
Dudo mucho que la intención de una obra así sea presentar una investigación académica seria sobre Tolkien o su obra. Los editores Bassham y Bronson (que también tienen su correspondiente capítulo en el libro), nos explican en la introducción que el libro no pretende extraer ningún mensaje filosófico oculto de la obra del Profesor (pues no fue escrita con esta intención), sino subrayar la significación filosófica de El Señor de los Anillos. En otras palabras, pretende utilizar la obra literaria para acercarnos a la filosofía, y me parece que lo consigue.
Querría destacar dos de los aspectos más interesantes del libro y, a continuación, un defecto. Por una parte, contiene una riqueza inmensa en cuanto a variedad de citas y relaciones, no solo entre pasajes de la obra de Tolkien, sino también con numerosos escritores, pensadores y filósofos. Esto se debe a que cada capítulo pertenece a un académico distinto experto en su propio ámbito y, como es lógico, tienden a relacionar la obra con su ámbito de investigación. Por otra parte, tiene su correspondiente peligro, y es que el autor del capítulo puede llegar a hablar más de su ámbito de investigación que de la obra (como sucede en algunos capítulos). Sin embargo, eso no quita la cantidad de puertas que abre a la hora de pensar nuevas relaciones o maneras de profundizar en la obra de Tolkien. Especialmente sorprendente me ha parecido el artículo titulado «Mi tesoro»: el anillo de Tolkien como fetiche (53-67), que relaciona la obra con la filosofía de Freud. Me adentraba en el capítulo con cierto escepticismo a causa de su título, y me maravillaba con una comprensión precisa e inteligente de la obra de Tolkien. Esto se ve cuando la autora, Alison Milbank, afirma que «prácticamente todos los objetos buenos de la novela resultan ser regalos» (61), y nos explica la enseñanza que se puede extraer de Tom Bombadil:
«también nosotros podemos transformar nuestro mundo en un mundo encantado en el que veamos las cosas como realmente son: los anillos como trozos bonitos de metal brillante, y los hombres y las mujeres como personas totalmente reales y, por ende, totalmente misteriosas» (64).
En relación con esto, querría destacar que leer la enorme variedad de relaciones con la filosofía y las numerosas interpretaciones (algunas más descabelladas que otras), renueva la mirada sobre la obra de Tolkien. Pese a que muchos de los artículos se quedan cortos en ejemplos y argumentos, no considero que sea un menos. En el caso del artículo ya citado, se nos presentan algunos ejemplos de regalos que resultan imprescindibles en el cumplimiento de la misión de Frodo; sin embargo, podría ampliarse enormemente esa lista de ejemplos. Este hecho, lejos de dejarte insatisfecho, o hacerte pensar que la escritora se equivoca, lleva a renovar las ganas de leer la obra, y profundizar en el punto de vista que se nos presenta. Respecto a esto, querría señalar otro capítulo interesante: La providencia y la unidad dramática de El Señor de los Anillos (213–226). El autor, Thomas Hibbs, no solo nos presenta una comprensión profunda de la acción de la providencia dentro de la obra de Tolkien, sino que nos explica de forma nueva en qué consiste y cómo reconocerla:
«La providencia es más que uno o más acontecimientos fortuitos; implica la organización de una secuencia completa de sucesos; cualquier indicio que tengamos de la acción de la providencia por lo general sólo puede advertirse en retrospectiva, el discernimiento de un orden o inteligibilidad en lo que en principio parecía simplemente una secuencia de sucesos azarosos» (214).
El único inconveniente que encuentro en una obra así es el predecible en este tipo de recopilaciones: en muchos aspectos se vuelve repetitivo. Es cierto que la variedad de puntos de vista es de agradecer, pero al mismo tiempo, implica que distintos autores te pueden explicar la misma escena en su correspondiente capítulo por ser relevante en su argumentación, o pueden acudir a las mismas citas. Para un lector habitual del legendarium de Tolkien, leer una y otra vez con otras palabras la misma escena, se llega a tornar aburrido. Sin embargo, creo que la solución es sencilla. Este no parece ser un libro que leer del tirón, especialmente para aquellos interesados en profundizar o escribir sobre Tolkien. Quizás este sea uno de esos libros escritos para reposar en la estantería, y ser desempolvado cuando necesitemos una mirada nueva sobre el Profesor y su obra.