Las cartas ampliadas y revisadas de J.R.R. Tolkien: un primer vistazo

Dra. Holly Ordway
Word of Fire
14 de noviembre de 2023

J. R. R. Tolkien no sólo es famoso por ser el autor de El señor de los anillos y El hobbit, y crear toda la riqueza del legendarium de la Tierra Media, sino que también merece ser reconocido como un gran escritor de cartas. Las cartas de J. R. R Tolkien, publicadas por primera vez en 1981, tan sólo ocho años después de su muerte, se han convertido en un recurso indispensable para cualquiera que quiera comprenderlo tanto a él como a su obra. Sus cartas son además un placer para la lectura, dando una viva impresión de la personalidad, el ingenio, la fe y la humanidad de Tolkien. Por ello, es motivo de alegría que, en este 50º aniversario de la muerte de Tolkien, una edición ampliada y revisada de las Cartas haya sido publicada.

Por supuesto que sigue siendo una selección de cartas y no una colección completa, pero esta nueva edición ciertamente amerita la etiqueta de “ampliada”. Contiene 154 cartas completamente nuevas para el público, lo cual eleva el número de epístolas en la selección a un total de 508. Afortunadamente, las nuevas cartas se han insertado en el orden cronológico correcto, aunque con referencias alfanuméricas para preservar la numeración original de las cartas. Así, por ejemplo, a la Carta 38 a Stanley Unwin (de la primera edición) le sigue ahora la Carta 38a a Michael Tolkien (una nueva carta). Además de estas nuevas cartas, se ha restaurado material de cuarenta y cinco de las cartas previamente incluidas. Los lectores interesados pueden encontrar una descripción general en la “Guía de cambios en las cartas revisadas de Tolkien de Carpenter” en el sitio web de la “Guía del coleccionista de Tolkien”, la cual también tiene una base de datos muy útil con información sobre todas las cartas de Tolkien (publicadas y no publicadas).

Como dice su prólogo, esta edición del 2023 consiste en el manuscrito original que el editor del volumen de 1981, Humphrey Carpenter, con la ayuda de Christopher Tolkien, envió al editor Rayner Unwin. Sin embargo, Unwin sentía que la selección era demasiado extensa para ser publicada como una edición accesible, y, así, Carpenter la recortó, eliminando unas 50.000 palabras. Este es el material que ahora ha sido restaurado.

Uno de los efectos del material restaurado es ayudar a que las Cartas sean un retrato más completo de Tolkien como hombre. La edición de 1981 se enmarcó (y, como ahora sabemos, se recortó) de tal manera, que dejó el énfasis puesto principalmente en el trabajo de Tolkien en cuanto a El señor de los anillos: su redacción, su preparación para la publicación y su recepción. La nueva edición, en cambio, al proveer un rango más amplio de corresponsales y un contenido más variado, ofrece una visión más completa y rica de sus amistades y relaciones profesionales. Uno de los aspectos más llamativos de esta edición ampliada es que tenemos muchas más cartas a sus hijos, desde 1934 en adelante; la “Guía del coleccionista de Tolkien” señala en su resumen estadístico de la nueva edición que el 40% de las nuevas cartas están dirigidas a miembros de la familia. Estas cartas familiares son una delicia, pues dan una sensación real de cómo era Tolkien como padre, un aspecto de su carácter que quienes lo conocieron bien consideraban de suma importancia. Simonne d’Ardenne, quien se convirtió en «tía no oficial» mientras permaneció con los Tolkien durante un tiempo, y fue amiga y correspondiente de Tolkien durante toda su vida, observó que «entre los diferentes aspectos de la humanidad de Tolkien, hay uno que merece especial atención, el de paterfamilias. Todas sus cartas, que se extienden a lo largo de unos cuarenta años, hablan de su preocupación por la salud de sus hijos, su comodidad, su futuro; sobre cuál sería la mejor manera de ayudarlos a tener éxito en la vida y cómo podría hacer que sus vidas sean lo más perfectas posible».1

Naturalmente, después de haberme basado en las Cartas de 1981 en mi investigación para La fe de Tolkien: una biografía espiritual, estaba ansiosa por ver qué nuevas ideas se podían encontrar en esta edición, y ciertamente no fui decepcionada. La edición ampliada y revisada proporciona material nuevo e importante que muestra cuán integrada estaba la fe de Tolkien en su vida espiritual diaria, a través de varias maneras, a menudo en detalles pequeños pero significativos. Por ejemplo, en Cartas Ampliadas, hay más de treinta casos en los que él escribe “Dios te bendiga”, frente a sólo nueve en la edición de 1981. Ahora podemos ver por nosotros mismos lo que Clyde Kilby quiso decir cuando observó que Tolkien hacía referencia a su fe con mucha naturalidad en la conversación: “Él solía arrojar este tipo de dichos: hablando por teléfono con un sacerdote amigo, le oí decir al final de la conversación, ‘Bueno, que el Señor te bendiga’, en el tono más sincero posible.”2

Un pasaje restaurado me pareció particularmente conmovedor. Ahora tenemos el comienzo original de la Carta 54, que en la edición de 1981 comienza con “Acuérdate de tu ángel de la guarda”. Tolkien, al escribirle a su hijo Christopher, sirviendo a las fuerzas armadas en la Segunda Guerra Mundial, le da consejos que muestran cómo su fe era una parte integral y profundamente sentida de su vida:

Espero que las condiciones y la vida sean tolerables. Me temo que al pater ya no le queda nada más que hacer por ti, además de rezar por ti. Dios te bendiga. No olvides que, de todos modos, siempre estoy a tu servicio para los consejos o consuelos que se puedan enviar por carta; y para cualquier asunto en el que mis esfuerzos o mi pequeña influencia puedan ayudarte. Por el momento, no tengo ningún consejo que darte excepto que practiques tu religión lo mejor que puedas: aprovecha cada oportunidad de los sacramentos (especialmente la confesión) y ora. Ora de pie, en los coches, en los momentos de aburrimiento. No sólo oración petitoria. Pero recuérdame, pues tengo muchas dificultades que enfrentar.

Hay tanto material fascinante en las nuevas Cartas que sería muy fácil que este adelanto se convirtiera en una epopeya. En lo que sigue, hay sólo algunas muestras del nuevo material que me parecieron particularmente interesantes, divertidas o esclarecedoras:

  • Carta 80a, a G.E. Selby, 19 de septiembre de 1944, felicitándolo por el nacimiento de su hija: “Hay algo peculiarmente gracioso y enorgullecedor (por acuñar una palabra) en ser padre de una hija. Tuve que esperar un buen rato por la mía, la cuarta después de tres hijos.”
  • Carta 91c, a Christopher Tolkien, 10 de diciembre de 1944: “Me hice un regalo antes de Navidad en forma de una podadora de pértiga: una lanza escarlata de 12 pies con un gancho en la parte superior y un cuchillo de podar con un mango en la parte inferior. Debí haber parecido un poco extraño regresando de Goundrey’s mientras iba en bicicleta con mi ropa de jardín (con las rodillas hacia afuera y el interior cubierto por un abrigo viejo) y mi lanza roja en reposo. Ante un soplo de viento, apenas evité derribar a la señora Barrington-Ward que pedaleaba lentamente en su antigua bicicleta.”
  • Carta 144a, a P.H. Newby, BBC, 3 de mayo de 1954, sobre una posible charla en la BBC Radio sobre los gramáticos del siglo XVIII: “Estoy seguro de que hay motivo para una charla televisiva sobre el tema que usted menciona, siempre y cuando usted y cualquiera que hable recuerde el hecho, señalado por Bernard Shaw, de que el odium philologicum es más amargo que el odium theologicum, y que un espíritu asesino puede despertarse fácilmente ante cualquier controversia sobre la gramática o el habla inglesa. Pero eso lo hace aún más divertido.”
  • Carta 196a, a Michael George Tolkien, 24 de abril de 1957, dando algunos consejos a su nieto en sus estudios académicos: “Sin embargo, hay demasiadas cosas absorbentes en el mundo. Hay que elegir y centrarse en unos pocos.”
  • Carta 242a, a Austin y Katharine Farrer, 16 de diciembre de 1962: “Quizás pueda decir también ahora (como he querido hacerlo desde hace algún tiempo) que, aunque solo agradecí brevemente a Austin por su folleto sobre el Rosario (¡espero haberlo hecho!), lo tengo desde hace mucho tiempo y he obtenido provecho y estímulo de él. Tardé en encontrar el Rosario, y ha sido además un gran deleite saber que son compañeros otras personas cuyas virtudes y conocimientos están muy por encima de los míos. Comencé a usarlo sólo después de escuchar a [Ronald] Knox (en una ocasión privada) decir: ‘Personalmente no me gusta el Rosario, pero tengo la sospecha de que a Nuestra Señora sí.’ Muy Knox. ¡Pero la obediencia a la Madre es sólo el comienzo! Puede ser muy bien recompensada”.
  • Carta 331a, respuesta a una carta de un paciente psiquiátrico en el Hospital Broadmoor, diciembre de 1971: “Me alegra mucho que hayas leído mi libro nuevamente y que te hayan gustado algunos de los poemas; y también que te sientas mejor. Por supuesto, yo quise que los ‘hobbits’ sean simplemente personas humanas comunes y corrientes, amantes de la comida y la diversión, de tamaño pequeño pero fuertes y valientes, y muy buenos para ahuyentar a todas las criaturas desagradables y para ayudar a otras personas que sufrían por tales cosas… Si quieres o deseas que te explique algo, escribe de nuevo. Me temo que ahora es demasiado tarde para que esto te llegue en Navidad, pero espero que hayas tenido algo del amor y la paz que amablemente deseaste que yo tuviera”.

La hija de Tolkien, Priscilla, opinaba que las cartas de su padre son de gran interés porque ofrecen “un medio auténtico de comprender” al autor. De hecho, “sus cartas son su voz auténtica y consciente”3. Esta selección considerablemente más larga nos permite escuchar la voz de Tolkien de una manera más completa y con mayor profundidad y matices. Las Cartas siempre han sido un tesoro escondido, y ahora hay más tesoros por encontrar.

Publicado con el permiso expreso de la autora.
Publicación original:  https://www.wordonfire.org/articles/the-expanded-and-revised-letters-of-jrr-tolkien-a-first-look/?queryID=0d89ad94ad2d35c469d9e129e3be3885

Traducción: Juan Federico Wirth
Corrección: José Moviglia y Tomás De Rosa

NOTAS:

1. STRO [Simonne] d’Ardenne, “The Man and the Scholar,” in J.R.R. Tolkien: Scholar and Storyteller. Essays in Memoriam. Ed. Mary Salu and Robert T. Farrell. Ithaca, NY: Cornell University Press, 1979. 33.
2. Clyde Kilby, “Dr Clyde S. Kilby Recalls The Inklings,” Notes from an interview with Michael Foster, October 10, 1980. Marquette University Department of Special Collections and University Archives. 4–5.
3. Priscilla Tolkien, «Las cartas de J. R. R. Tolkien». Charla dada en la Sociedad C. S. Lewis de la Universidad de Oxford, 30 de abril de 1991.

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